Testimonios de mujeres sobrevivientes de la trata de personas Recogidos en el informe “La trata y la explotación en Colombia: no se quiere ver, no se puede hablar”

Testimonio 1: mujer de cuarenta años con tres hijos. Fue víctima de trata interna cuando era menor de edad.

“Ah no pues no lo dejan venir a uno, a uno le toca, a mí me tocó pero en Barranquilla. Yo me fui de loca por allá con una cuñada, pero nosotras no íbamos a ir a la prostitución sino que ella me convidó que nos fuéramos para donde una hermana de ella. Y nos fuimos y nos mandaron por allá para un negocio, pero eso era muy horrible, eso era como una cárcel. Eso eran celdas a este lado y a este lado. Así a toda hora echaban candado. Uno de día no podía ni salir sino a almorzar, a desayunar y a comer. No alcancé a ejercer la prostitución porque me enfermé, me dio el dengue, me dio fiebre, escalofríos, de todo, y ese día por allá se metieron los militares. Cuando yo vi que ellos se metieron a mí me dio mucho susto y yo me puse a llorar. El militar me dijo unas cosas ahí y entonces yo le dije ‘¡Ay yo no quiero estar acá! ¡Yo quiero salir de acá!’, y ya me puse a hablar con él y él me ayudó a salir de ahí. Por él yo salí de ahí y me salvé de la deuda que tenía yo allá, me llevó al médico, me llevó droga y de todo y por él volví yo acá a Pereira. Me separé de la cuñada mía y a ella si le tocó quedarse por allá”.

 Testimonio 2: mujer de 30 años con dos hijos. Víctima de trata interna cuando era menor de edad.

“Yo cuando estaba más joven me convenció pues una amiga, pues empezó a comentar de un viaje, ella me comentó a mí. Yo no le dije nada a mi familia, no le dije a nadie y yo hice el viaje así con ella y se presentó con una señora y un señor. Ya teníamos todo pagado. A ella y a mí no nos tocaba dar un peso nada de nada. Entonces llegamos allá, nos dieron buena comida, todo. Nos llevaron para una pieza, nosotras no habíamos visto el salón que era donde había que trabajar en ese negocio. Pues yo no sabía de ese trabajo, porque yo estaba pues muy joven. Esa noche ella me dice [su amiga] ‘vaya y arréglese que tenemos que salir al salón a trabajar’. Me dijo ‘vea tiene que ponerse esta falda, esta ropa’. Cuando ella salió al salón y yo entro al salón y veo lleno de mujeres así, luces de colores, hartos hombres ahí. Ella llorando y yo también me puse a llorar y nos obligaron a que tomáramos trago y fumáramos cigarrillos y no sabíamos, esa noche ella se quedó ahí. A mí me echó el señor, el dueño de eso, me cerró la pieza con candado y no me dejó salir de allá. El señor me dijo que si ella y yo no trabajábamos obligadas para pagar todo y pagar el viaje, nos mataban. Y entonces nosotras nos escapamos. No sé cómo llegamos acá, sinceramente es que no sé cómo llegué otra vez yo acá y el tipo siguió preguntando si nosotras seguíamos aquí en Pereira, ella y yo nos manteníamos pues escondidas”.

Testimonio 3: mujer que fue víctima de trata interna nos relata cómo una compañera fue víctima de trata en Singapur.

“Fue una vieja amiga de ella la que la convenció para viajar a Venezuela a trabajar en el sector turístico. En Bogotá estuvieron creo que 2 ó 3 días, de Bogotá salieron para Venezuela pero lo raro es que en Venezuela ni siquiera se bajaron del avión. Así que de Venezuela de una vez la empacaron para Singapur y cuando llegó allá, allá le dijeron pues a qué iba y de una el monto de la deuda, que equivalía como a 40 millones de pesos colombianos y ella decía que de dónde iba a pagar eso. Entonces estuvo un mes. Ella fue, ella es de un carácter muy reacio, entonces ella fue muy violenta con los clientes. Ella nos cuenta a nosotros pues que cada cliente era una violación, ella peleó mucho, entonces la red se la vendió a la mafia, a la mafia rusa, y el día que se la iban a llevar que eran como las 9 de la mañana, ella vio un rotico, un huequito por ahí donde se metió y salió a correr como loca tan de buenas que por allá un policía le entendió más o menos lo que ella le quería decir y lograron la repatriación a través de la OIM, a través de la INTERPOL y todas éstas cosas”.

Testimonio 4: mujer que ejerce prostitución como pasamercado1 cuenta como una amiga suya fue víctima de trata en Japón.


“Una experiencia de una amiga muy cercana. La convidaron para irse para el Japón

porque pues iba a ganar lo mismo mucho dinero, iba a poder comprar su casa, y entonces ella partió para Japón y bueno no supimos de ella más nada más, hasta que volvió. Ella volvió a Pereira y contó unas historias impresionantes porque ella se vino volada. A ella la trataban horrible, impresionante, le daban unas pelas [palizas] tremendas, los japoneses la obligaban a estar con animales, con perros. Y que a ella la drogaban, la obligaban para que se drogara y pues las amenazas de muerte para ella y la familia de ella. A ella se le ocurrió escapar de allí, ella en medio de que estaba drogada ni siquiera se acuerda. Ella salió desnuda corriendo, salió y cogió un carro o un taxi, yo no sé eso como será por allá, y que la llevó, que ella iba totalmente desnuda y le preguntaron que qué pasaba y ella hablaba que la ayudaran que la ayudaran que la tenían como secuestrada pues obligándola a prostituirse y de allá pues la deportaron acá, la familia se dio cuenta y pues fue por ella”.

Testimonio 5: lideresa comunitaria sobre la explotación laboral de mujeres del Cauca, Nariño o de las zonas rurales para el servicio doméstico en el Valle del Cauca:


“Ahora hay una preferencia por las del Cauca, porque dicen que las niñas indígenas son más tranquilas que las mujeres negras. Las mujeres negras llevan más tiempo en este sector y empiezan a reconocer más sus derechos. Esas niñas vienen huyendo de la guerra y de una tremenda pobreza. Destaca el elevado número de menores de edad pero también las condiciones terribles de trabajo”.

Fuente. WomensLinkWorldWide