¿Por qué joden tanto con la violencia contra la mujer?

Foto por,  Ana María García.

Foto por Ana María García.

 

 

Por estos días estoy tomando un curso en la Universidad de los Andes. Ayer, en el ascensor de uno de los edificios había un ‘violentómetro’, una herramienta pedagógica que sirve para identificar diferentes tipos de violencia de género y tener en cuenta señales de alerta.

Un grupo de estudiantes se burlaba de los contenidos, en vez de leerlo y tratar de entenderlo. Otro estudiante le preguntó a la que parecía su novia: “¿Por qué joden tanto con eso?”, a lo que ella respondió: “Amor, es por lo de Sanín”. “No entiendo, si ella es la que más ofende y se burla de todo el mundo”, dijo él.

Varias cosas para decir:

(1) no comparto algunas de las posturas de Carolina Sanín. No entiendo el feminismo que busca, a través de acciones o palabras, ofender a otras personas. Creo en un feminismo que busca educar y cambiar el mundo machista en el que vivimos. Dicho esto, nada justifica la violencia hacia ella o ninguna otra mujer.

(2) Este no es un problema específico de los Andes. Estoy seguro de que en otras universidades también se presentan estos casos, solo que esa información no vende en los medios de comunicación. El machismo está regado y se esparce como una plaga.

(3) La burla con el ‘violentómetro’ y el “no entiendo por qué joden con eso” del estudiante, representa lo que como sociedad pensamos de la violencia contra la mujer. No la entendemos, pensamos que es un juego o, lo que es peor, la negamos.

(4) La educación tiene que comenzar a abrirnos los ojos. La violencia contra la mujer no puede convertirse en el chiste de ascensores y de pasillos. Esto es serio y las universidades deben tomar un rol protagónico. No puede ser que lo único que importe sea recibir el dinero de la matrícula y construir edificios. ¿Qué clase de personas estamos formando? No se nos olvide que estamos hablando de derechos humanos.

(5) Yo voy a seguir jodiendo con estos temas, porque si algo hay que joder, es al machismo. Estoy comprometido con un mundo igualitario y no estoy dispuesto a dejar que la violencia contra la mujer avance como lo está haciendo.

(6) Todo pasó muy rápido, así que no alcancé a reaccionar. Tenía tanta rabia y estaba tan asombrado por lo que escuché que no pude procesar la información. Me arrepiento, porque siempre y cuando la vida de uno no esté en riesgo, hay que pasar del discurso a la acción. Pude haberles dicho algo a las personas que estaban en ese ascensor. Así que mujeres, les pido perdón. No volverá a pasar.